CRIANZA CONSCIENTE YOGA MINDFULNESS

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viernes, 30 de junio de 2017

ATENCIÓN PLENA AL ABRAZAR A ALGUIEN QUE AMAS



Hoy quiero invitaros a que abracéis a alguien que améis con consciencia plena. Parar, abrir los brazos, y dar todo lo mejor que hay en vosotras y estar dispuestas con una mente amable y un corazón abierto a recibir todo aquello que la otra persona os quiere, os puede dar. 
A veces al dar un abrazo, siento que la otra persona está rígida, lo acepto, quizás no le apetecía, en otra ocasión igual le preguntaré si le apetece, y si me dice que no, lo aceptaré. 
Esto lo notaba en la escuela, yo me acercaba y sin preguntar daba por supuesto que cualquier niñ@ que estaba llorando, o simplemente sentad@ le apetecía que yo en cualquier momento le demostrara mi cariño con cogerle en brazos, un abrazo, una caricia. 
Con la experiencia, tomando consciencia, observando, me he dado cuenta que preguntar primero si apetece es muy respetuoso, y crea en el/la niñ@ una confianza y tranquilidad muy grande. Puede estar en libertad, y decir que no si no le apetece sin que yo, la persona adulta le juzgue, le diga que porqué no quiere, que sólo es un abrazo, ....
Cuando es alguien que amamos mucho quien nos da un abrazo, quizás un/a hij@ cuando nos encontramos después de un rato sin vernos, o al irnos a la cama, al despertar, durante un paseo, ahí es donde os invito a acoger, a sentir ese momento, no dejarlo escapar, no querer que termine para hacer otra cosa, sino estar, recibirlo y disfrutar, relajar el cuerpo y así la mente también se relajará y será amable y el corazón se os abrirá. 
A mí los abrazos de mi pareja, de mi hijo, y de mi hija me cargan de energía, me nutren y lo quería compartir con vosotras, os deseo unos días llenos de abrazos con atención plena. 

lunes, 19 de junio de 2017

BUENOS DESEOS AL CAMINAR, MINDFULNESS EN CADA PASO





Una manera de practicar la atención plena, de conectar con el aquí y el ahora en mi experiencia es al caminar. 
Tengo la suerte de vivir cerca de la naturaleza, del mar, zonas verdes, peatonales, paseos,....Por eso cuando llegan las temperaturas suaves, primavera, verano, empiezo a andar descalza de casa a pasear al perro, de casa a la playa,.... El caminar descalza, sólo el hecho de quitarme el calzado es conexión para mí, con la tierra, con diferentes tipos de suelo, hierba, piedra, arena, cemento, asfalto,... En cada cambio, reconecto a través de las pisadas, en cada paso. Los pies se me estiran, crecen, se mueven de otra manera fuera de las sandalias, zuecos, zapatos,.... 
La conexión es al caminar, con y sin zapatos, estar presentes en cada paso, ser consciente que en cada paso que doy estoy viva, aquí y ahora. 
A veces me imagino que en cada paso que doy se abre una flor bajo mi pie, otras simplemente observo cómo se pone en el suelo en mi caso primero el talón y luego la punta del pie. Otras cuento los pasos, en otras ocasiones coordino paso con la respiración.
Hoy me apetece invitaros a caminar de manera consciente de una manera amable con vosotras mismas, en cada paso desea algo bueno, algo amable para ti. 
Disfrútalo. 

viernes, 16 de junio de 2017

LA IMPORTANCIA DEL SILENCIO Y EL PARAR EN LA ESCUELA





Hoy quiero compartiros unos clics en mi vida. Hace unos años empecé a ir a clases de teatro, y una maestra que tuve me hizo tomar consciencia de lo importante que son los silencios en escena, que una actriz, un actor sin decir nada, a la persona que lo ve se le puede encoger el corazón, llenar el cuerpo de emoción, y la persona que está en el escenario sentirse muy empoderada , y muy en el aquí y en el ahora. Al de un año de empezar con el teatro gracias a una amiga, antes de ir a las clases de teatro ella empezó a acompañarnos en un taller de danza, de expresión corporal, y allí ella me transmitió la importancia de parar ,de cómo se puede bailar sin moverse, y aun así el cuerpo danzar, hablar, estar en movimiento. Como espectadora en mi cuerpo se mueve algo al ver a las personas en el escenario parar, y como actriz, el parar me hace escuchar mi corazón, estar en mí y darme cuenta de dónde estoy, de reconectarme y no seguir en el hacer por hacer.
Todos estos momentos que para mí fueron mágicos, llenos de conexión ahora desde donde estoy me doy cuenta de que eran momentos de mindfulness, de parar, observar, volver al aquí y al ahora, para cargarme de energía, sentir mi latido, mi pulsación y el silencio de las personas que me acompañaban. En esos momentos me me sentía muy a gusto, momentos en que era capaz de parar una danza, un movimiento en medio de una música rápida y alta, y notaba como mi cuerpo por dentro bailaba y no se movía por fuera, o cuando en escena en un silencio notaba en mi garganta el latido de mi corazón, sentía el silencio de la sala se podía mascar la emoción del momento, del qué pasará ahora. 
En la escuela hablamos mucho, queriendo acompañar a l@s niñ@s en la explosión del lenguaje en primera infancia estamos hablando, contando cuentos, cantando canciones, dando instrucciones, consejos, en la resolución de conflictos también queremos que lo solucionen hablando, si quieren ir al baño lo tienen que decir, si quieren beber lo tienen que decir,... 
A la vez cuando no podemos más les decimos que se callen, que no griten, que no es necesario hablar todo el rato. 
Cuando son más mayores, en primaria, en el instituto en cambio se les pide que estén callad@s mientras están en clase, que no hablen. El silencio en la escuela tiene un matiz negativo, en mi sentir, viene desde la necesidad de la persona adulta de estar en silencio, y no desde la necesidad de tod@s de estar en unos momentos en silencio de manera natural.
En la resolución de conflictos en la escuela entre niñ@s y jóvenes el silencio en mi experiencia es vital , igual que en la resolución de conflictos entre personas adultas. Unos segundos de pausa, de observar cómo estoy, qué está ocurriendo en mí, cómo está o están las otras personas. El silencio nos ayuda a no reaccionar y actuar. Nos ayuda a que a veces incluso nuestra intervención no sea necesaria, y el conflicto, el malestar se diluya por sí solo. Ayudándome esta reflexión a mí en mi experiencia a ser más humilde, y a darme cuenta de que no tengo que intervenir siempre, que no soy imprescindible para solucionar, para que el ambiente sea agradable, amable. Y esto a mí me da una sensación de libertad, de ligereza muy agradable, el saber que no tengo que solucionar yo todo. 
Por eso os invito a que dejemos hablar a l@s niñ@s y jóvenes desde su necesidad, observemos qué ocurre, cómo se relacionan. 
Os invito a que vosotras intentéis si os apetece a hablar menos en la escuela, a ver qué sucede. Que el hablar sea algo natural, necesario, no para rellenar silencios, sino que los silencios vuestros llenen el aula de paz y amor. Los silencios son oportunidades maravillosas de mindfulness en los que observar cómo se mueven l@s niñ@s que acompañamos, cómo miran, cómo colocan el cuerpo, qué gestos hacen, y así juntar un poquito más nuestros corazones a los de ell@s. 


martes, 13 de junio de 2017

MINDFULNESS AL SONREIRNOS A NOSOTRAS MISMAS



La sonrisa es luz, es amor. Para poder sonreír a las demás personas desde el corazón en mi experiencia es necesario sonreírme a mí misma . Experimentar en mi cuerpo, mi corazón, mi mente qué es. A mí me alegra, me cambia el modo de estar hacia un estar más tranquilo, relajado, amable. 
Y siento en mi estómago una sensación muy agradable de calidez, de bienestar. 
Me carga de energía.
En este vídeo te invito a que de vez en cuando, durante el día, pares la mente, lo que estás haciendo, sintiendo, pensando y sonrías, sonriendo, por el hecho de sonreír y observes qué sucede en ti, y aceptalo . Y si te apetce compartir lo experimentado, compártelo. Yo aquí estoy.


lunes, 5 de junio de 2017

APRENDEN L@S NIÑ@S A COMPARTIR EN LA ESCUELA?




He oído varias veces que la escuela tiene como positivo que ayuda a l@s niñ@s a que aprendan a compartir. 
Para mí compartir es desde el amor, sin imposición, sin obligación, desde las ganas, el deseo de cada persona de compartir, o no compartir. 
Compartir para mí es respetar que la otra persona no quiera compartir conmigo algo. 
Desde mi experiencia os puedo compartir que en la escuela l@s niñ@s comparten casi todo de un modo impuesto, porque es la única manera en teoría de que funcione la escuela, desde el sólo hay 20 sillas así que ahora estamos un@s sentad@s y otr@s depie, sólo hay una persona adulta ahora y tienes que esperar tu turno, hay 5 manzanas y las tenemos que repartir entre tod@s, cuando a veces algun@s no quieren y otr@s se comerían dos pedazos. 
Todas estas premisas se dan desde un punto positivo en la escuela y y yo tengo dudas, en mi sentir el compartir obligado hace que l@s niñ@s todavía tengan un sentimiento de posesión más grande, miedo a perder su juguete, algo que han traído porque le obliguen a compartirlo. L@s niñ@s tienen miedo a decir que no quieren compartir algo, no se sienten libres de poder decirlo, cuando entre adultas no se nos ocurre si alguien no nos quiere compartir decirle nada o ni siquiera pedir algo que no es nuestro.
En la escuela l@s niñ@s aprenden que todo es de tod@s, esto es una frase que les descoloca mucho, ya que much@s al oírla lo creen tal cual, entonces si son más rápid@s más cosas podrán coger. Por ello en la escuela si hay una caja con material a repartir y saben que no hay para tod@s se enfadarán, correrán e intentarán por todos los medios coger algo. Ahí está nuestra labor, cómo hacer para que no peleen, no disputen por conseguir ese balón, triciclo,...
Unas veces puede ser no usando ese material cuando no hay opción para tod@s, preguntar primero quiénes quieren ese material, y hacer grupos, turnos de antemano,...
Os comparto una experiencia en el aula, hace 3 cursos estaba acompañando a niñ@s de 1 año, 2 y 3, y la hora de la fruta yo notaba que les producía mucho stress, estaban inquietos, pelábamos la fruta y en un bol grande echábamos todos los trozos y cada un@ por turnos iba cogiendo, un@s querían coger más de uno porque tenían miedo a que no llegara el segundo turno, otr@s querían elegir el trozo, otros cuando habían terminado hasta que no terminaba la vuelta se les hacía muy larga la espera. Se me ocurrió antes de la hora pelar la fruta y servirla en platos, cada niñ@ que tuviera su plato con sus trozos de fruta, y siempre posibilidad de repetir, o de si no querían todos los trozos dárselos a un/a amig@ o a nosotr@s. El ambiente cambió totalmente, ell@s más tranquil@s, a gusto, segur@s de que iban a comer una cantidad de fruta. 
Lo mismo me pasó con el agua, era costumbre tener una jarra en el aula sólo de uso para la maestra, ella era la que decidía cuándo y la cantidad, sirviendo a tod@s. Esto producía mucho stress en l@s niñ@s que tenían mucha sed y a otras horas que no la marcada. Una amiga me compartió que ella en el aula tenía una jarra en una mesita con agua fresca y que cada un@ se servía cuando necesitaba beber, moverse, pasar el agua de un recipiente a otro, lo hice y sigo así es una maravilla, para ell@s y para mí. A ell@s les encanta encargarse, se autorregulan y disfrutan de beber cuando tienen sed y de los paseos al baño a rellenar las jarras.  
Para l@s niñ@s de primera infancia entender que  un@s sí tienen y otr@s no es muy difícil  y el nivel de frustración es muy grande cuando tienen que esperar para que les toque tener eso que tanto desean un ratito.  
Y de donde nos  viene? Yo  creo que de este compartir obligado y no natural. Hay edades en que el compartir es algo inusual, no natural, y respetarlo es nuestro quehacer en mi opinión.
 En las horas de patio hay muchos conflictos por la posesión, por el compartir, y nuestra labor es en mi experiencia observar, escuchar y respetar al que quiere compartir y al que no. 
Anticipar conflictos por el compartir desde la obligación y ofrecer alternativas desde el amor.
Compartiendo nosotras l@s niñ@s compartirán.
Y si cuando no quieren compartir les respetamos, respetarán cuando nosotras no queramos compartir. 

MINDFULNESS AL CAMINAR CON NUESTROS HIJ@S





Aquí os comparto un vídeo con una práctica de mindfulness que a mí me ha ayudado a conectar con mis hij@s a la hora de caminar. Esta práctica me hace poner la atención en mis pasos, estar en el aquí y el ahora y sentir si voy deprisa, sin rumbo, pensando en un montón de cosas, tranquila, disfrutando, 
Espero que os inspire y os conecte con vosotras y vuestr@s hij@s un poquitito más.