Afirmamos a veces que l@s niñ@s están de maravilla en la escuela, que les hace bien estar allí.
Que es muy divertido estar allí a las nueve de la mañana y salir a las cuatro, cuatro y media de la tarde.
Que es beneficioso para ell@s comer allí, ya que aprenden a comer de todo, a comer con más personas, ...
Que a l@s niñ@s les encanta ir allí con sus amig@s y algun@s incluso en vacaciones quieren ir, y cuando están enferm@s también.
Desde mi experiencia me gustaría compartir que estas visiones, sensaciones, son desde la necesidad nuestra de adulta de tener que dejarles allí porque no tenemos tiempo para estar con ell@s, para acompañarles. Unas veces por trabajo, otras por organización familiar, otras por no poder sostener a nuestr@s hij@s durante todo el día con nosotras,...
Todas y cada una de las razones legítimas y válidas.
Aún así quiero compartiros mi sentir de que levantarse un@ niñ@ con meses, un año, dos años, tres años,... doce años, .... a las siete, siete y media, ocho para estar en la escuela, el instituto a las nueve no es una necesidad natural de l@s niñ@s ni jóvenes, es nuestra.
Si paramos y escuchamos a l@s niñ@s sus necesidades veremos que son otras y cada día diferentes.
Por ello os invito a tomar consciencia y a estar presentes en el acompañar a niñ@s en la escuela, a nombrar lo que sienten, el por qué algun@s están allí todo el día, y a validar lo que ell@s sientan por ello, tristeza, abandono, rabia, alegría, ....
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